Nos topamos, de manera casi accidental, con el proyecto de transformación del escaparate de una agencia de viajes. Nada que nos pudiera apasionar tanto como evocar ese concepto visualmente. ¡Así que toda nuestra capacidad para generar ideas se puso al unísono manos a la obra !Este fue, paso a paso, el apasionante proyecto de viajar detrás de una vitrina.Manteniendo un modelo de negocio impecable y exitoso a lo largo de los años, esta agencia se encontraba en pleno cambio de imagen. "Renovarse o morir" no era un mantra recurrente para la empresa que puntualmente se asomaba a un cambio de piel. La imagen corporativa global estaba siendo transformada y el escaparate era uno de los elementos de su columna vertebral.Captar la atención de todo el que moviera sus pasos por la zona, transmitir su habilidad para adaptarse a cualquier perfil de cliente, su total destreza para ser una de las agencias más hipermegasuper especializadas de la ciudad y el objetivo de poder llegar a cualquier destino, por insólito que pareciese, fueron nuestros motores de búsqueda.En una avalancha de ideas Doublesight, propusimos tres proyectos que os ilustramos, lo más breve y visualmente posible.¡Atrapa, atrapa, atrapa!Dos enormes atrapasueños "atrapaban" dos bolas del mundo con cuerdas de colores. Entre ellas un luminoso de neón o bombillas nos lo decía en palabras "atrapa tu sueño".
Viaja sólo cómo tu decidas.Cuerdas luminosas recorría el escaparate de lado a lado de estas colgaban imágenes de destinos increibles dispuestas a ser descubiertas y vividas por el viajero. En otro de los escaparates adyacentes se nos ocurrio la idea de usar patrón de costura con fondo mapa del mundo, justo a medida como un "prêt a porter"…
Tu pones las medidas.Tres grandes bolas del mundo de goma se apoderaban del escaparate, rodeadas de cinta métrica de la de toda la vida para enfatizar el mensaje en neón "el mundo a tu medida".
La gran ganadora fue, como todo lo que sale de cooperar entre seres humanos, un híbrido entre todas y ninguna pero con el alma de nuestra número dos.Fue un viaje trepidante entre ideas que brotaban de nosotras mismas sin nuestro consentimiento, nuevos mundos de divertidos materiales y largas horas de negociación.¡Intenso como un buen viaje!
